Orígenes
La palabra «gitano» procede de «egiptano», porque en el
siglo XV se pensaba que los gitanos procedían de
Egipto. Cuando penetraron en Europa, muchos grupos de gitanos se presentaban a sí mismos como «nobles egipcianos»; así, en 1425, dos romaníes pidieron un salvoconducto al rey
Juan II de Aragón, en el cual se hacían llamar «condes del Egipto Menor». La palabra «calé» parece proceder del indostaní «kâlâ», que significa «negro».
Dado que se pueden encontrar en multitud de países de todo el mundo, existen una gran variedad de
etnónimos. Los principales son los siguientes:
Zíngaros: Término derivado probablemente del
griego Ατσίγγανος (literalmente intocable), nombre atribuido a una secta
maniquea procedente de
Frigia, aunque hay lingüistas que la consideran una falsa etimología. De este término provienen los derivados en
alemán (Zigeuner), en
húngaro (cigány), en
italiano (zingaro) y en
portugués y gallego (cigano). En
francés se usa con doble ortografía (tzigane o tsigane). Algunos romaníes prefieren la forma sin z, porque esta letra les recuerda[
cita requerida] al tatuaje empleado por los
nazis en los
campos de concentración para identificarlos, a pesar de lo cual es lo recomendado por la
Academia Francesa.
Bohemios: Término utilizado en francés (bohémiens o boumians) por haber entrado los gitanos europeos en el
siglo XV mediante un salvoconducto del rey de
Bohemia.
Sin embargo, continúa siendo un desafío polémico para la
antropología, la
historia y la
sociología a la hora de explicar sus orígenes, su evolución en el tiempo y sus estrategias de supervivencia en sociedades dentro de las cuales siempre son minoritarios.
La opinión más extendida afirma, a partir de análisis genéticos y lingüísticos y a la vista de los documentos conservados, que proceden del
Punjab, en cualquier caso de alguna zona comprendida entre
India y
Pakistán. Los datos lingüísticos apuntan a que los antepasados de los gitanos vivieron en el noroeste de la
India, antes de migrar al Occidente pasando por la costa sur del
Mar Caspio.Se desconoce si con anterioridad habían migrado de otro lugar aún más remoto. También se ignoran las causas exactas de su migración hacia el oeste, que se produjo en torno al
siglo XI. Tras una estancia al norte de
Persia, se desplazaron nuevamente hasta
Asia Menor, donde se asentaron durante el
siglo XIV. La inestabilidad política provocó el primer éxodo fielmente documentado hacia el oeste y el sur: una rama del pueblo gitano se internó en la Europa Central y otra descendió hasta el norte de África. La entrada de los gitanos en Europa se documenta a partir de los primeros años del siglo XV. A fines de ese siglo, la ruta del sur y la del norte ya se habrían unido en algún punto del sur de Europa (en
Francia o España).
Los gitanos en España
Llegada a España
En España se cree que llegaron hacia 1415, dispersándose y viajando después por todo el país. Las relaciones entre la población local y los gitanos fueron en general buenas durante el
siglo XV. Sin embargo, a partir de 1499, con la llegada al trono de los
Reyes Católicos, la situación cambió radicalmente, presumiblemente a causa de la búsqueda de la homogeneidad cultural en España, lo cual era la característica propia de la unión de las coronas regionales. Las autoridades dieron a los gitanos un plazo de dos meses para que tomaran un domicilio fijo, adoptaran un oficio y abandonasen su forma de vestir y sus costumbres, so pena de expulsión o esclavitud. Se buscaba la unificación de los súbditos en todas las regiones, siendo el ideal al alcanzar la centralización del poder político, la existencia de una única religión, una única lengua, una única cultura y, por consiguiente, una única manera de ser. De tal manera, Las
Cortes de Castilla de
1594 emitieron un mandato tendiente a separar a los «gitanos de las gitanas, a fin de obtener la extinción de la raza» . Vaticinando la política de las practicas de esterilización que seguirían otros monarcas europeos de la
Edad Moderna. En
1633, una pragmática negó a los gitanos el carácter de nación y prohibió incluso el uso del término gitano en el reino.
La Gran Redada
Artículo principal:
Gran RedadaEn 1749, un acontecimiento hoy casi olvidado y escasamente estudiado por los historiadores ha sido La
Gran Redada, también conocida como Prisión general de Gitanos, una persecución autorizada por el Rey de
España,
Fernando VI, y organizada en secreto por el
Marqués de la Ensenada, que se inició de manera sincronizada en todo el territorio español el miércoles
30 de agosto de
1749, con el objetivo declarado de arrestar y finalmente extinguir a todos los
gitanos del reino, sin excepción de sexo, estado, edad, o reserva con respecto a refugio alguno al que se hayan acogido.
Siglo XX
La discriminación legal hacia los gitanos, dado que la discriminación real perdura hasta la actualidad , puede observarse en pleno siglo XX, más precisamente en los artículos 4 y 5 del Reglamento de la Guardia Civil de 1943, donde se especifica que los gitanos debían ser vigilados de forma especial.
Migraciones a partir del siglo XVIII
Véase:
Racismo en España. Los gitanos.Véase:
Persecución de la etnia gitanaLa situación de persecución, junto a todas las leyes y prágmaticas que los discriminaban y su valorado sentido de libertad propio, acentuó el carácter itinerante de los gitanos. Durante los siglos siguientes, y especialmente durante el
siglo XIX, se produjo una segunda migración masiva de gitanos hacia Europa y América, aprovechando las rutas europeas hacia el nuevo continente.
Los gitanos se vieron severamente perseguidos e incluso exterminados durante el
siglo XX. La inestabilidad política y económica del este de Europa provocó, especialmente a fines del siglo, otra nueva movilización en masa de la comunidad gitana, todavía en curso, esta vez en dirección a la Europa central.
Cultura
Artículo principal:
Cultura gitanaRasgos identitarios
Los gitanos han tenido desde antiguo un estilo de vida parcialmente
nómada que les ha influido notablemente, y desde un principio han destacado por una importante aportación característica en el arte y cultura populares, especialmente la
música. Siguen celosamente sus costumbres, pero también se han adaptado y evolucionado en los distintos países donde se han asentado. Ello fue especialmente manifiesto en
Andalucía, donde los gitanos hicieron suyos el canto y el baile
flamencos, enriqueciéndolos y aportando infinidad de cantaores o bailaores a la cultura andaluza y española.
El gitano es lo más elemental, lo más profundo, lo más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza universal.
Federico García Lorca
La
bandera gitana con clara inspiración asiática
Una muestra de férrea identidad común es el uso de la palabra payo, con la que designan a los que no son gitanos, en contraposición a los gitanos. Algunos gitanos usan ese apelativo, generalmente con connotaciones peyorativas. Su etimología, según la academia lingüística
RAE, es “Pelayo” y no procede de la lengua gitana originaria.
Según
Juan de Dios Ramírez Heredia, otro término extendido entre los gitanos para denominar a los no gitanos es “gadyè”. Su forma escrita centroeuropea es “gaže” o “gadjè”. De este término deriva “gachó”, palabra muy utilizada en España para referirse a un individuo cualquiera (equivalente a “fulano”) y "gachí" (para referirse a una mujer). “Gadyè” es el sustantivo masculino plural, “gadyò” es masculino singular y “gadyì” es femenino singular. En España, los gitanos también pueden referirse a los no gitanos como "busnó" y "lacró".
Idioma romaní
Artículo principal:
RomaníPara información específica sobre la lengua de los gitanos españoles, véase
Caló.
La lengua gitana es el romaní, un idioma
indoeuropeo.
Un estudio del año
2003, publicado por la revista
Nature sugiere que el romaní está relacionado con el cingalés, todavía hoy hablado en
Sri Lanka. En la actualidad, sin embargo, la mayoría de los gitanos del mundo habla la lengua del territorio en que habita, adaptándola mediante el fenómeno llamado
pidgin. Según algunas autoridades las lenguas gitanas se agrupan de la siguiente manera:
grupo del Danubio representado por los kalderash, lovara y curara;
grupo balcánico occidental que comprende a istrios, eslovenos, javates y arlija;
grupo mesoamericano: representado principalmente por los león.
grupo sinto: eftavagarja, kranarja, krasarja y eslovaco;
grupos rom de Italia central y meridional;
grupo británico: romaní galés (ya desaparecido) y anglo-romaní;
grupo fínico;
grupo greco-turco o greco-romaní.
grupo ibérico:
caló o hispano-romaní, que es una trasposición léxica del vocabulario romaní sobre la sintaxis y la gramática del español. Se habla en España, Portugal,
Andorra y
Gibraltar por la población gitana.
Erromintxela es el nombre que recibe el habla de los
gitanos del
País Vasco (buhameak o ijitoak). Es una variante del idioma
romaní, con grandes influencias del
euskera.
Además, este idioma recoge en sí mismo el propio itinerario irregular de los gitanos durante los últimos mil años. Se pueden encontrar restos de vocabulario armenio (grast, caballo), persa (ambrol, pera; angustr, anillo), eslavo (ledome, congelado) y griego (drom, camino; kokalo, hueso), así como estructuras sintácticas de dialectos eslavos, del magiar, del rumano, del alemán o del español.
El nomadismo
Véase también:
Persecución de la etnia gitanaUna de las causas que se relacionan con la exclusión e inadaptación de los gitanos es su tendencia a la itinerancia que, sin embargo, los modernos estudios gitanológicos han desmitificado ese punto. La profesora Teresa San Román ha estudiado las diferentes medidas legislativas promulgadas por las autoridades españolas y ha comprobado cómo existió desde el principio una contradicción interna en la lógica de esas disposiciones: “la tendencia a la asimilación durante el
siglo XVII y la primera mitad del
XVIII es creciente, pero se limitaban los lugares donde poder asentarse, se restringen los oficios…”. Los legalmente avecindados eran expulsados una y otra vez, y la lógica de sedentarización forzosa/expulsión se sucederá en todos los países y en todas las épocas.
La socióloga María Helena Sánchez recuerda que los castigos hacia la comunidad gitana recaían tradicionalmente sobre las poblaciones sedentarizadas, lo que hacía poco atractivo el asentamiento. Al mismo tiempo, la restricción en el ejercicio de oficios conlleva el ejercicio de profesiones itinerantes y estacionales. El nomadismo, en cierta medida, no es una causa, sino una consecuencia de la persecución y la marginación.
Población
Una gitana al lado de una iglesia en
RomaSon una comunidad muy diversificada, en el ámbito internacional, sin territorio propio definido, y en la práctica sin instituciones políticas o sociales propias hasta el último siglo. Idealmente, se conoce al país gitano como
Romanestán, concepto o reclamación similar en cierto modo al de otros pueblos o etnias sin Estado, como los
kurdos y su
Kurdistán o el del
pueblo judío antes de la creación de
Israel.
La lengua
romaní tampoco presenta una homogeneidad o extensión que permita hablar de un único idioma transnacional gitano, pues las comunidades romaníes de los distintos países suelen adoptar o adaptar la lengua dominante del territorio en que se encuentran. Los romaníes de todo el mundo presentan diferentes características antropométricas, culturales y sociales que dificultan su categorización bajo una sola familia étnica, por lo que a menudo es difícil o tedioso obtener datos fiables de un censo común.
Se estima que en todo el mundo viven entre 10 y 12 millones de gitanos, distribuidos hasta en cuatro continentes. Son la principal minoría étnica de la
Unión Europea, previéndose un aumento en su importancia porcentual tanto por futuras ampliaciones anunciadas de países europeos del este (donde se concentra la mayor población de romaníes del continente), como por su estructura familiar (con altas tasas de natalidad).
Internacional
Una gitana con su niño en
RomaMujeres romaníes en un ensayo de baile
La población mundial de romaníes y su localización geográfica se desconoce con exactitud. La cifra más aceptada, procedente de datos agregados por países podría rondar los 12 millones de personas, de los cuales 10 se concentran en Europa. Algunas fuentes (muy escasas) suman un total de 40 millones, al agregar la supuesta población gitana de la India.
Existen diversas causas que explican la falta de datos acerca de la cantidad exacta de gitanos. Algunos países carecen de un censo fiable de esta comunidad. También se achaca a su movilidad territorial, a la desconfianza hacia las instituciones, al deficiente y problemático planteamiento del recuento, a la simple desidia de la administración (por ejemplo, en el año
2003 todavía no existía un censo fiable de gitanos de La Rioja ) o a las condiciones socioeconómicas de cada país, también con dificultades para censar a la población no gitana. Por otro lado, la realización de censos de gitanos es en algunos países, por razones de legalidad, imposible, al suponer una forma de discriminación. El último censo oficial completo de gitanos realizado a nivel estatal en España sige siendo, por tanto, de fines del siglo XVIII, en concreto del año
1783.
El país con mayor número de gitanos del mundo es Turquía, en donde vivirían 2-5 millones.
Argentina
Viven aproximadamente 300.000 gitanos, pertenecientes a diferentes grupos: kalderash, lovari.
Se dividen en dos grandes grupos: el grupo "Rom" y el grupo "Ludár", liderados por Juan Pablo Posse. Los gitanos del grupo Rom llaman "boiás" a los gitanos del grupo Ludár; y éstos llaman "burbéts" (desde gurbetçi - "forastero", en el
idioma turco ) a los gitanos del grupo Rom.
Chile
Son bilingües subordinados, el romanés es la lengua subordinante. En el plano fonético-fonológico, la entonación que caracteriza el habla gitana subyace a sus enunciados en español. La pronunciación de palabras como "iNglésia", iglesia, "ávto", auto o coche, etc., indica que el sistema fónico segmental del romanés interfiere de manera importante en el castellano hablado por los gitanos.
Otras dos características relevantes que presenta este bilingüismo son:
a) La primera lengua que adquiere el niño es el romanés.
b) Existe entre los gitanos una actitud positiva hacia su lengua. De hecho, hablan sólo romanés o Rom cuando interactúan entre ellos. El castellano lo utilizan cuando es imprescindible para comunicarse con algún "gajó" o algún gitano "boiás".
Datos estadísticos en España
Comunidad Autónoma
Población
Andalucía270.000
Cataluña80.000
Comunidad Valenciana65.000
Madrid60.000
Castilla y León29.000
Región de Murcia20.000
Castilla la Mancha20.000
Aragón18.000
Extremadura15.000
País Vasco13.000
Asturias10.000
Galicia9.000
La Rioja7.000
Baleares6.500 (¿?)
Navarra6.000
Cantabria5.000 (¿?)
Total
600.000
Así como se acuñó la expresión castellano chilenizado para señalar las características peculiares del español hablado por los
chilenos, también se habla de un español romaneizado.
Dentro del grupo Rom se pueden distinguir algunos subgrupos, los cuales tienen ciertos rasgos generalizadores, pero se encuentran fuertemente vinculados por costumbres y por sangre, por lo que es difícil establecer límites entre ellos. Algunos de estos subgrupos son los "káwicis", "koriánura", "invasórure", "cikaréstis", "badunícura", "khañárias", etc.
Los gitanos Rom de Chile llaman a los gitanos de Argentina "leási" (desde lǎieşi, otro nombre por el grupo romaní kalderash) y éstos a los gitanos de Chile "xoraxanés" o "xoraxái".
España
En España, por mandato
constitucional, no se permite formalmente la discriminación por raza o etnia, por lo que en los censos locales no existe ninguna referencia a los gitanos como tales, lo que impide tener constancia del número exacto de gitanos a través de esa fuente de información. Tradicionalmente se han agrupado importantes comunidades de gitanos en
España. Por comunidades autónomas,
Andalucía cuenta con la mayor población de gitanos con cerca de 300.000, alrededor de un 5% del total de la población de la
comunidad. Su relevancia allí es tal que en octubre de
1996, el
Parlamento de Andalucía declaró el
22 de noviembre Día de los Gitanos de Andalucía. Ese día se conmemora su llegada en
1462 a Andalucía.
Tras ésta, son
Cataluña, la
Comunidad Valenciana y la
Comunidad de Madrid las comunidades donde se concentra la mayor parte de la población gitana.
La difícil inclusión social del pueblo gitano en
España continúa siendo un problema endémico. Desde el inicio de la democracia española en 1978, los sucesivos gobiernos democráticos han venido adoptando diversas medidas integradoras con mayor o menor éxito, especialmente en las áreas de servicios sociales y de bienestar, intentando especialmente fomentar su integración y superar los problemas derivados de la pobreza y discriminación. Desde
1983, por ejemplo, el gobierno puso en marcha un programa para promocionar el derecho a la educación que incluía a las comunidades gitanas.
Algunos de ellos se han organizado en la
Unión Romaní, una federación de asociaciones dedicada a la defensa de la comunidad gitana. Persigue el reconocimiento de la cultura y desarrollo social del pueblo gitano.
Grupos y subgrupos
Los propios romaníes se agrupan en diferentes divisiones, en función de diferencias territoriales, dialectales y culturales. Las cinco grandes familias gitanas son:
Kalderash: propios de los Balcanes, y que nutrieron los grupos de emigrantes a Norteamérica y Sudamérica.
Calé, en el norte de África, la península Ibérica y el sur de Francia.
Manuches o
Sintis, que se desplazan por las fronteras francoalemanas y especialmente por Alsacia.
Romanichels, en Inglaterra y Estados Unidos.
León, extendidos en el centro de México y asociados con algunos clanes de Europa occidental.
Cada una de estas familias puede subdividirse en dos o más subgrupos en virtud de su ocupación o el territorio de origen. Así, encontramos los siguientes términos: Machvaya (Machwaya), Lovari, Churari, Sinti, Rudari, Boyash, Ludar, Luri, Xoraxai, Ungaritza, Bashaldé, Ursari y Romungro.
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